Viernes por la tarde
Por: Xavier Peña Merchán / Consultor de Diseño Editorial / OutPaper

Durante un mes visité Progreso, una parroquia rural de la ciudad de Guayaquil, donde mi esposa participó en un curso de tejido con paja toquilla.
El evento se realizó en una cancha de fútbol sintética del lugar. Ahí conocí a unos niños que los viernes se reúnen gracias a un balón. Y palpé cómo, a través del juego, se puede fortalecer la amistad.
Verlos felices y sonrientes detrás de una pelota, sin los problemas que nos agobian a los adultos, enseguida me contagió y automáticamente mi reacción fue levantarme de la silla y volver a ser como ellos.
-¿Puedo jugar?, pregunté.
-¡Sí!, venga señor- El señor fue un golpe directo al ego de sentirme siempre joven, pero lo acepté con fortaleza, sonreí y me uní inmediatamente.
Fue tan fácil hacer nuevos amigos - algo que en la vida de adulto nos cuesta mucho - formamos equipos, jugamos a las avanzadas, penales, mete gol gana y aunque mi físico no era igual en resistencia y velocidad como el de ellos, nunca me hicieron sentir que no estaba a su ritmo, siempre fueron amables. Por unas horas fui uno más del grupo.
Ya descansando se acercó un niño para acariciar a mi compañero de aventuras, mi perro Apu. Conversamos; me preguntó cuántos años tenía mi mascota, me dio las gracias y se fue con una sonrisa.
Al instante, los demás muchachos me advirtieron:
-Señor, por si acaso el niño que recién estuvo junto a usted es sordomudo.
-Lo sé, me di cuenta, pero eso no lo limitó para poder interactuar conmigo.
-¡Claro que no! Él no tiene ningún defecto, es como nosotros, pero pensamos que no se había dado cuenta y queríamos decírselo para que no crea que no le entiende.
Me quedé maravillosamente sorprendido y feliz de experimentar esa demostración de empatía, amistad y respeto de ellos con su amigo. Mis nuevos amigos siguieron jugando, mientras yo regresé a casa con mi esposa y Apu.
Hasta ahora, que decidí escribir estas líneas, no he dejado de pensar en esa lección que recibí de ese grupo de chicos.
Gracias muchachos de Progreso por llevarme de regreso a mis días de infancia, en los que correr atrás de un balón de fútbol, un viernes por la tarde, hacía la vida más bella.
#News #Newspaper #Periodico #Paper #DiseñoEditorial