Un caballo sin nombre

​Lejos de las bocinas, el humo y la multitud, hice fotografías a las afueras de Albuquerque (EE.UU.), un espacio desértico de mucho silencio y tranquilidad, a diferencia de lo que me encuentro dentro de la ciudad. Descubrí un espacio reflexivo: El día, la noche, el sol, la luna, la nieve y los animales, fueron parte de esta exploración. En donde el calor de la luz no representa vida, y el frío de la oscuridad no representa la muerte; existen texturas de diversas pieles que me llevaban a espacios de soledad pero al mismo tiempo de redescubrimientos.